El coche eléctrico va ganando adeptos. En un momento en el que los vehículos diésel y gasolina parecen tener fecha de caducidad, el eléctrico despierta el interés de aquellos que piensan en cambiar pronto de vehículo.

No obstante, antes de tomar esta decisión uno de los temas que más preocupan es la carga de la batería del vehículo. Y, con ello, si instalar un punto de recarga en el garaje de casa está al alcance de cualquiera.

¿Cuánto cuesta? ¿Hay que pedir permiso a los vecinos si es un garaje comunitario? ¿Existen ayudas públicas? El primer paso es elegir la empresa que se encargue de la instalación del punto de recarga.

Las compañías suelen recomendar preguntar al fabricante del vehículo o al concesionario que lo ha vendido cuál es la potencia más adecuada para el punto de recarga, atendiendo a las características del coche, al uso personal, etc.

De la inversión mínima a la capacidad de programación

Así, según expertos consultados por este periódico, la inversión mínima ronda los 1.200 euros, si estamos hablando de un punto de recarga básico, de 3,6kW. A esta potencia máxima de la instalación se vincula, por tanto, la velocidad de recarga, que en este caso permite cargar una batería media (30kWH) en cerca de 8 horas.

No obstante, compañías como Iberdrola recomiendan una instalación de 7,4kW, para que esté preparada para cubrir las futuras necesidades de recarga. Según apuntan desde la eléctrica que dirige Ignacio Sánchez Galán, la diferencia entre una instalación de 3,6kW y una de 7,4kW es de menos de 100 euros, pero ofrece muchas más posibilidades.

Desde Endesa, por su parte, señalan que la instalación la realizan a 32 amperios. «Esto permite dejar la instalación preparada para las necesidades de futuro», cuentan desde la empresa que dirige José Bogas, que explican que ofrecen una garantía de 2 años para proporcionar «máxima tranquilidad» al cliente.

En cuanto al precio de la electricidad, lo cierto es que las compañías eléctricas impulsan tarifas adaptadas a estas recargas, según el tramo del día. Por ejemplo, tanto Iberdrola como Endesa ofrecen precios muy bajos para las recargas que se produzcan entre la 1 y las 7 de la mañana. Para poder aprovechar esto, el punto de recarga que se instale debe contar con capacidad de programación, algo de lo que no disponen los equipos más básicos.

Esto, además de hacer más económicas las recargas, implica otro beneficio: utilizar la electricidad cuando la ciudad duerme, algo que, en un futuro próximo, puede mejorar el aprovechamiento de la energía renovable en horas bajas de consumo.

Informar a los vecinos, pero no pedir permiso

El tipo de instalación dependerá también de los metros que separan la plaza de garaje donde se va a instalar el punto de recarga del cuadro de contadores, que es lo que tiene que estar conectado. Por eso, no existe ningún problema a la hora de instalar un punto de recarga en un garaje comunitario: la Ley de Propiedad Horizontal simplemente obliga a informar a los vecinos, pero no es necesario pedirles permiso.

La instalación debe cumplir con el reglamento ITC-BT-52, que exige que haya un circuito específico para el vehículo eléctrico. Además, la ley exige que el punto de recarga tenga asociado un Boletín de Instalaciones Eléctricas, que certifique que la normativa se ha cumplido y que la instalación la ha realizado un instalador autorizado.

En cuanto a las ayudas, el Gobierno ha aprobado recientemente el Plan Moves, centrado en vehículos eléctricos que, en lo que respecta a puntos de recarga, las ayudas anunciadas pueden llegar a cubrir hasta un 30 o 40% del coste. Además, las propias marcas de vehículos eléctricos también ponen en marcha diferentes ofertas vinculadas a la adquisición del coche.